LA CATA- UN UNIVERSO DE OLORES, SABORES Y SENSACIONES.

Hoy en Trendy Wine quiero que aprendáis las cualidades que debe tener un catador de vino y qué tipos de catas existen, algo que hoy en día está muy de moda en nuestra sociedad.

No hace falta disponer de cualidades de orden físico (olfato y paladar capaces de distinguir y detectar olores y sabores ocultos), pero sí de índole psíquica (curiosidad, intuición, mente abierta, humildad…). Un catador no nace, se hace a fuerza de catar y catar y catar… Cuando comienzas a catar, todo huele igual y todo sabe igual, te sientes frustrado y aunque los que te rodean te cuenten las cosas súper “obvias”, tú sigues sin oler nada, ni distinguir nada…

-“¿No notas la vainilla?”

-“Pues no, y llevo comiendo helados de vainilla toda la vida” (Cara de decepción)

Pero un día, y solo uno de cada doscientos, notas que ese olor ya lo habías olido antes y dices: “ey, ey, ey!! Esto huele a vainilla”. Te sientes feliz, realizado y por fin consigues entender que todos los intentos sin resultado por fin tuvieron una recompensa “conseguir distinguir el olor a vainilla”. A medida que pasan los años esta satisfacción va sucediéndose más a menudo y al final te das cuenta de que eres capaz de identificar muchos (nunca digo todos) los olores y sabores. Tampoco es importante saber localizar muchos conceptos, es más importante que los cuatro que sepas, los distingas, los transmitas y los describas adecuadamente.

Antes citaba la palabra “humildad”, con esto me refiero a que es frecuente encontrarse con “egocéntricos” catadores que quieren demostrar que saben más de lo que realmente saben. Los sentidos son lo más importante en una cata y todos sabemos que pueden jugar una mala pasada. En una cata no hay verdades universales, hay intuición, ingenio y estos no salen todos los días a pasear… No es malo que alguien se confunda, no significa “saber menos”,  de los errores se aprende. Los sentidos del olfato y el gusto son traicioneros y en cualquier cata hay dos factores subjetivos llamados “emoción y sensibilidad” que finalmente son los que te llevan a dar juicio u otro sobre un vino. En el afán de mejora de cualquier catador esta el intentar eliminar todos los factores subjetivos para que tu valoración pueda ser rigurosa. No podemos olvidar que beber para uno mismo no es lo mismo que beber para los demás, donde la gente espera la objetividad en su máxima expresión.

Este tipo de cata al que hago referencia se llama “cata comercial”, que es donde un experto hace una valoración sobre un vino terminado. Normalmente suelen ir dirigidas al consumidor final. Se dice que un catador de este grupo nunca debe anteponer sus gustos personales, pero yo os voy a ser sincera y si yo doy catas en mi bodega, está claro que el mejor vino que hay para mi es el mío… Eso está claro! No le vas a decir a una visita: -“Huelan, prueben, degusten… pero la bodega de ahí al lado lo hace mejor que yo”. Aunque la verdad es que tengo muchos vinos favoritos de muchos otros sitios del mundo… Poco a poco espero poder presentaros mis preferencias.

Además de este tipo de cata, existen otras también comunes, como son la “cata analítica o técnica” que es aquella que llevan a cabo los enólogos (yo de este ni idea) mediante el análisis de barricas o depósitos y su posterior actuación como “doctores del vino” donde erradican posibles errores a través de prácticas enológicas. El otro tipo de cata que quiero que conozcáis es la llamada “cata hedonista” que es una nueva versión de cata que se impone como entretenimiento y placer de colectivos amantes del vino. Estas personas se reúnen para debatir y comentar las últimas novedades. Os recomiendo este tipo de cata, porque de los demás se aprende mucho y de esta forma consigues “enamorarte del vino” además de pasar un rato estupendo…  ¿Qué os parece la idea? Interesante ¿verdad?

“Si la mar fuese vino, todo el mundo seria marinero” (ME ENCANTA ESTA FRASE MUCHÍSIMO).

Con mis amigas del master en Vinexpo 2011

Rodeada de botellas de vino

A partir de ahora, la sección "Trendy Wine" será cada  Lunes. Nada mejor para comenzar la semana que una buena copa de vino.

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